martes, 5 de febrero de 2019

En su cara se reflejaba el asombro y la satisfacción, como si hubiera estado deseando y esperando mi pregunta. Caminamos juntos por una amplia acera arbolada sin poder evitar el rozarnos sutilmente cuando cedíamos el paso a la gente que discurría por ella. A estas alturas, no sabía si era el cansancio, las horas que había pasado pensando en la historia de amor que venía a desentrañar, pero me hervía la sangre. Cada vez que sus ojos se posaban en alguna parte de mi cuerpo sentía un cosquilleo allí donde su mirada se dirigía, Ni me había tocado y yo ya había sentido sus labios posarse en mi cuello y mi pecho acariciado, mis piernas ya se habían entrelazado con las suyas… Lo mire, era atractivo, su barba de tres días , sus ojos tristes escondidos tras unas gafas de sol, sus jugosos labios , su porte de galán y su voz, a poco que hubieran preguntado habría jurado que aquel hombre era tenor. Cada vez que se dirigía a mi o me indicaba mientras me cogía por el brazo un ¬ “por aquí..” .yo tenía dificultad para mantener el equilibrio sobre mis altos tacones… Me sentía a su merced, en aquel momento no me sentía ni aquí, ni allá, no tenía voluntad, simplemente le seguía…

No hay comentarios: