martes, 5 de febrero de 2019

https://youtu.be/OFZhhw3QuuA Con todos los sentidos alerta y lejos de sentir pudor, con mas deseo del que podía albergar en mi cuerpo anhelaba sus caricias sus labios dulces y húmedos sobre mi boca, necesitaba saciar mi sed, pero él para entonces ya andaba enredado en mi cuello; sentía la calidez de su boca cerca mi oreja y mi cuerpo temblaba como un papel arrojado desde el último piso de un rascacielos mecido por el viento. Cuando su boca se deslizó por mi pecho yo ya estaba en caída libre Me pregunté con el poco raciocinio que me quedaba como podía caber tanta sensualidad en aquella habitación?... pero el ajeno a mis pensamientos continuó su descenso hacia mi vientre y todo mi ser se agitó. Sus manos para entonces ya estaban en constante pelea con la cremallera de mi falda. No tardó en deslizarla por mis caderas hasta que perdió punto de sujeción y cayó al suelo por su propio peso. Solo me quedaba sobre el cuerpo mi diminuto tanga que apenas me cubría, mostrando así mi desnudez; el parecía complacido con la visión de mi cuerpo y el contraste del negro de mi tanga con mi nívea piel. Estaba nerviosa, como si fuera una jovencita en su primera vez, pero a la vez sentía el deseo del conocimiento de lo que iba a acontecer a continuación… De rodillas ante mi beso mi sexo por encima de aquel ridículo pedacito de tela; mi cuerpo estaba tenso como cuerdas de violín, me regalo un sinfín de besos mientras yo intentaba medio enajenada corresponder metiendo mis dedos entre su pelo. Involuntariamente mis piernas se fueron abriendo como una flor a cámara lenta, y el bajo mi tanga hasta mis rodillas, el me contemplaba entre extasiado y maravillado, y mi voluntad desapareció por completo, no podía esperar más, con mis manos en su cabeza y casi ordenándole le mostré cual era mi deseo, el obediente poso levemente sus húmedos labios en mi sexo mientras yo sentía su respiración excitándome más si cabe, con cada respiración suya se escapaba una respiración mía, más profunda , más sonora… creo que le divertía verme en aquel estado de excitación. Intensificaba sus caricias, recorría mi sexo despacio, rápido, arriba, abajo y lo que antes era mi respiración se había convertido en una suave canción de gemidos y yo estaba a punto de partirme en dos, había desaparecido, no sabía donde empezaba el y terminaba yo, me había diluido en el, mordía mis labios y cerraba los ojos tratando aguantar, Mientras el me miraba y su mirada era la de alguien satisfecho pero que aún quiere más. Volvió a mí y yo sabía que no aguantaría, me ardían las plantas de los pies, mis piernas se tensaron, un relámpago atravesó verticalmente mi columna, en mi vientre había estallado una traca de fuegos artificiales que subía hasta mis ojos que no podían dejar de ver estrellas aparecer y desaparecer… un gemido ahogado salió de mi interior y todo mi cuerpo tembló entre sus brazos mientras bajito le decía al oído

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